Crítica (de)constructiva (VI), Hoy: Las Cartas del Rock.

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos.
-Arthur Schopenhauer-
Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo
-Donald Winnicott-

El proyecto de Las cartas del Rock surge como un esfuerzo colectivo: un grupo de amigos debatiendo sobre sus ídolos musicales, la forma en que cada uno sobresalía, sus pros y sus contras, etc. Debido a la subjetividad imperante en cualquier opinión, encontraron la forma de superar el escollo otorgándole un porcentaje a las características a cotejar. El resultado fue definitorio: retomar la inocencia y la diversión de la infancia recreando un juego de mesa con cartas, pero agregándole la picardía y descaro de la edad adulta. De la misma forma que se estilaba en la década del 80 con tópicos de superhéroes y autos de carrera, la dinámica es simple pero efectiva: en la modalidad de juego Tope se reparten las cartas, se elige una categoría y se compite, ganando el jugador que consigue más cartas. Lo distintivo de Las cartas del rock son, justamente, sus categorías: “hitazos”, “drogas/alcohol en sangre”, “Caretaje” (todo un hallazgo), “Innovación”, “Punkitud”, “Cuenta bancaria” de los artistas en cuestión. El buen tino y la perspicacia de los jugadores tendrán que ponerse a prueba para saber explotar las fortalezas y hasta incluso las “debilidades” de sus ídolos. Y, si bien hay músicos que cuentan con la benevolencia de sus logros, todos y cada uno de ellos cuenta con obligado talón de Aquiles. El mazo incluye también la variante de juego estilo Quartet, donde el objetivo es tratar de armar grupos de cinco cartas conformados por músicos de una misma categoría, por medio de ir “robándole” a los otros participantes. 
Es destacable mencionar que la mayoría de las imágenes que conforman el mazo son producto del archivo fotográfico de Fabián “Resakka” García, reconocido artista que supo inmortalizar con su cámara muchos momentos icónicos del rock.
Con el aval de Impos!ble Ediciones y con la participación fundamental de la banda Error Positivo y su sello discográfico Error Positivo Records, Las cartas del Rock es un juego para grandes y chicos que logra el objetivo de entretener y amenizar una velada tanto para melómanos consumados como para iniciados curiosos. 

LO MEJOR: La dinámica de juego, los comentarios y anécdotas que se generan al competir ciertos músicos, el hilarante layout de la secuencia animada que se forma al utilizar las cartas como un folioscopio, la calidad de las imágenes y las categorías de cada carta.

LO PEOR: No hay tal, pero de acuerdo a los gustos musicales de cada participante puede haber una discusión sobre algunos artistas que merecen ser incluidos o excluidos en el juego

MATT A. HARI

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